viernes, 17 de junio de 2011

Gracias, Jorge (redefinición de violencia)

Próxima parada, 19 de junio.
Fuente: http://vocesonfutura.tumblr.com
Jorge es un ciudadano como otros muchos. Jorge vive en Madrid y se levanta todos los días para ir a trabajar durante casi diez horas por 700 euros al mes. Jorge sabe que en España hay casi cinco millones de parados y que hay otros muchos que cobran aún menos que él, pero sabe también que eso no lo convierte en afortunado. Es consciente de que cada vez hay más familias a las que les sobra mucho mes al final del sueldo. Jorge sabe que quienes gobiernan están al tanto de esta situación, que se repite en millones de hogares, pero lo consienten. A eso, Jorge también lo llama violencia.
Jorge sabe que hay millares de familias que tuvieron que hipotecar toda su vida en unas condiciones abusivas, draconianas, para conseguir un techo. Sabe que los bancos que provocaron la burbuja inmobiliaria y la crisis posterior concediendo préstamos para inflar artificialmente el valor de sus activos son los mismos bancos que ahora ejecutan las órdenes de embargo que dejan a esas familias en la calle y con una deuda insoportable. Jorge sabe que cuando la policía llega a las casas para consumar el desahucio por la fuerza, se producen dramáticas escenas delante de esposas, maridos e hijos. A eso, Jorge también lo llama violencia.
Jorge pasa todas las noches por el metro de Oporto, donde puede constatar que son habituales los cacheos y las redadas entre los inmigrantes que han cometido el delito de tener la piel más oscura y venir a España en busca de un futuro que en su país de origen se les ha negado. Jorge sabe que en las comisarías y los centros de acogida, el trato vejatorio a esas personas no es ninguna excepción. Y sabe que los políticos mienten con cinismo al negar esa realidad. A eso, Jorge también lo llama violencia.
Jorge sabe que una parte importante del dinero de los recortes de sueldos y pensiones se destina a sanear las cuentas de los ricos, que emplean esas sumas en comprar más deuda soberana para seguir siendo los dueños de los Estados. Sabe que es la avara tiranía de los poderosos la que está detrás de las amputaciones de derechos y servicios que afectan a la inmensa mayoría. Sabe que nuestros políticos gobiernan y legislan para los que más tienen. A eso, Jorge también lo llama violencia.
Jorge se declara pacifista y no violento, aunque sufre la violencia como muchos otros. Jorge sabe que esa violencia no se denuncia en los medios. Los mismos medios en los que sí se difunde a bombo y platillo el vandalismo de unos pocos incontrolados, exagerándolo y generalizándolo para tratar de desacreditar a un movimiento ciudadano cívico y pacífico. Un movimiento que, simplemente, se ha plantado para decir basta. Hasta es posible que Jorge sospeche que entre los alborotadores haya también infiltrados que se camuflan cobardemente entre la masa para reventar la protesta. Jorge tiene claro que unas violencias son peores que otras, aunque el poder mediático pretenda darle la vuelta a las noticias.
Jorge llamó ayer al programa En días como hoy, de RNE, para exponer su punto de vista. Y lo hizo con una claridad, una serenidad y una contundencia que ya querrían para sí muchos oradores profesionales que viven de la política. Jorge resumió en menos de tres minutos lo que otros no han conseguido transmitir en toda su carrera. Jorge representó mejor que ningún político o dirigente sindical el verdadero sentir de un Pueblo harto de pagar unos platos que no ha roto. Dejó de mencionar muchas cuestiones. En su denuncia no están todas las verdades, pero son verdad todas sus denuncias.
Jorge aprovechó la oportunidad para animar a todos los que se sienten como él a echarse a la calle el próximo domingo para expresar su opinión, su indignación y su cabreo. Jorge proporcionó ayer a la convocatoria del 19-J la mejor cuña radiofónica que pueda imaginarse. Todos debemos estarle agradecidos.
Gracias, Jorge.
Red Kite, junio 2011.

[Gracias también a desdelacantera por subir el audio.]



.  .  .  .  .  .  .  .  .  .

<< ENTRADA ANTERIOR                                                  ENTRADA SIGUIENTE >>
Creer para ver                                                                            Disculpe el señor

4 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo contigo. Casualmente escuche a Jorge en directo, mientras iba en coche de Jerez a Sanlucar. Deseando de llegar, coger el ordenador, bajarme el audio, recortar los 3 minutos de Jorge y publicarlo a los 4 vientos. Pero mis conocimientos informáticos son reducidos para algunos menesteres. Gracias a ti, publicaré no solo el audio de Jorge, sino también tu valoración de su intervención. Gracias

    ResponderEliminar
  2. Gracias a ti, Anónimo, por tu comentario. Y sobre todo, gracias a Jorge por su feliz intervención.

    ResponderEliminar
  3. Genuinamente sintético, sí señor.
    Quiero lanzar una pregunta, y que me responda quien desee: ¿por qué se rechaza la violencia como medio de combate cuando, como bien dice Jorge, la agresión hacia millones de ciudadanos es constante y, pese a ser silenciada, reviste de una gravedad mayúscula? Podría responderse muy acertadamente que la violencia desacreditaría al movimiento ante la opinión publica(da) y daría carta blanca al estado para aplicar ese monopolio que tanto le distingue; así, entre porras y mensajes mediáticos, el 15m tendría los días contados. Ok, reformulemos entonces la pregunta: ¿vías pacíficas porque constituyen el único medio tras sopesar los pros y los contras de otros medios, o porque realmente consideramos que la violencia en ningún caso es legítima (ni siquiera como respuesta a las agresiones)? Son dos fundamentos bastante distintos y, en mi opinión, es preciso desterrar progresivamente la última creencia, pues llegará el momento en el que la igualdad de fuerzas invite a dar un golpe de efecto; llegado ese punto, sería conveniente haber abandonado el discurso (que tanto les encanta difundir a los medios) de que con el civismo se puede conseguir todo.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  4. Ojalá llegue el día en que podamos plantearnos realmente la disyuntiva que propones, Dani. Aunque, llegado ese momento, ya no tendrá sentido. El día que que consigamos la igualdad de fuerza, habremos vencido. De momento, la vía pacífica es la única opción asumible.

    Muy bueno lo de la "opinión publica(da)".

    Gracias por tu comentario, y un saludo.

    ResponderEliminar