martes, 31 de mayo de 2011

Ni una colleja (crónica de un expediente insuficiente)

Tu otro banco, y cada día el de más gente...

... un banco en el que lo más importante son las personas. ¿Hablamos?

[ATENCIÓN: La foto anterior es, probablemente, un montaje. Parece evidente, viendo la tercera foto, que la guerra no iba con el anciano, aunque alguien ha pretendido que así lo pareciera. Es posible que lo hayan apartado sin contemplaciones, pero los palos no eran para él, sino para los indignados del otro lado de la valla. El susto, eso sí, al pobre hombre no se lo quita nadie. Para mayor tranquilidad, se puede consultar este vídeo, que demuestra que no le duele nada y solo está desconcertado por tan brusco despertar.]

Aunque aparentemente no resultó herido, no debió de ser nada agradable para
el anciano despertarse rodeado de robocops enfurecidos.
Con un expediente sancionador. Así ha solucionado el Ajuntament de Barcelona el escandaloso affaire en que se ha visto envuelto uno de sus agentes más célebres. El policía Ferran Teruel saltó a la fama tras el brutal desalojo que se produjo el viernes pasado en la Plaza de Cataluña. Horas después de la violenta carga policial, el agente de la Guardia Urbana –a quien, en un principio, se tomó erróneamente por un mosso d’esquadra– colgó en su muro público de Facebook una conversación nauseabunda en la que lamentaba no haber podido agredir a ninguno de los indignados que se empeñaban en hacer valer su derecho fundamental a reunirse pacíficamente: «ni una colleja he podido dar». Por este motivo, la Corporación municipal barcelonesa ha decidido abrirle un expediente. De momento, que sepamos, no se ha tomado ninguna otra medida.
Hace solo unos meses, en octubre pasado, Assumpta Escarp, concejal de Prevención, Seguridad y Movilidad y tercera teniente de alcalde del mismo Ayuntamiento, solicitó a la Fiscalía que abriera diligencias contra algunas páginas web. Las opiniones que en ellas aparecían sobre los disturbios que se produjeron en la ciudad con motivo de la huelga general del 29-S, en las que supuestamente se enaltecía a los alborotadores, podían constituir, según Escarp, un delito de apología de la violencia. Por este motivo, la concejala pretendía promover el cierre de esos portales. No tenemos nada que añadir al comunicado que alguno de esos sitios de Internet, como Kaosenlared, emitieron en su momento para contestar al burdo –y a la postre, vano– intento de coartar la libertad de expresión. Pero sí queremos subrayar el doble rasero que aplica el consistorio barcelonés: en el caso de Ferran Teruel, la apología de la violencia no se presume por ningún sitio.
  Fragmentos de la cobarde conversación del agente de la Guardia Urbana
  que ha motivado el expediente.
Mientras tan-to, el ínclito conseller res-ponsable de la vergonzosa y desproporcio-nada actua-ción policial del viernes continúa enrocado en su obstinación. Para él los palos fueron necesarios y justificados. Puig saca pecho y dice que asume toda la responsabilidad, aunque luego matiza que el alcalde estaba al corriente y también «se mostró de acuerdo». E insiste, además, en que las imágenes que se han difundido solo muestran una visión sesgada de la realidad: «no se ve cómo a un mosso le rompieron cuatro dedos de una mano, o cómo a otro le rompieron el menisco». Y ese es, precisamente, el problema: que esa otra violencia de la que habla el conseller de Interior no se ve por parte alguna. Ni rastro de las 37 agresiones que, presuntamente, supusieron otros tantos heridos entre las fuerzas de seguridad. Para superar nuestra incredulidad, tal vez debería aportar pruebas. Quizás tendría que haberse asegurado de que la cámara web municipal ubicada en la plaza estaba operativa. O, a lo mejor, debía haber avisado a todas las televisiones antes de actuar, para que pudieran filmarlo. O, mejor aún, haber equipado a algunos agentes con cámaras para recoger la flagrante injusticia de los ciudadanos agrediendo con saña a indefensos policías ataviados con cascos, protecciones, porras y trajes de Batman. Pero no. A Puig se le pasó todo eso. Y ahora, claro, la ciudadanía, por desinformación o por mala llet, le echa la culpa a sus inocentes mossos. Eso sí, en el futuro, estudiará dotar a los antidisturbios con microcámaras como las de los Navy SEALs, para que eso no vuelva a pasar. Y esto lo dice el mismo que paralizó, nada más llegar al cargo, la instalación de cámaras en las salas de cacheos de las comisarías.
Pero no es sólo que Felip Puig mienta como un bellaco para intentar salvar su cabeza. Es que, encima, nos toma por imbéciles. Según él, los mossos sí llevaban en su indumentaria la identificación personal, algo a lo que están obligados por ley. El problema es que la llevaban debajo del chaleco. Y como al chaleco, por ser ignífugo, no se le pueden pegar velcros (sic), pues la identificación quedaba oculta. Sobran los comentarios, pero si a alguien pretenden multarle alguna vez por no llevar en su coche la pegatina de la ITV, no tiene más que alegar que su parabrisas es antivaho y no se le puede pegar nada.
Más le vale al consejero buscar argumentos más consistentes si quiere convencer al Comité Europeo para la Prevención de la Tortura, órgano dependiente del Consejo de Europa, que ha decidido investigar lo ocurrido en la Plaza de Cataluña. De no aparecer pruebas que sustenten la versión oficial, las imágenes que se han visto hasta ahora no permiten albergar ninguna duda sobre lo sucedido. Algunas incluso resultan difíciles de creer. Y, sin embargo, son reales. Cualquier parecido con la ficción es mera coincidencia.
A todo esto, los indignados siguen en sus plazas tras dos semanas de acampada. A los de Barcelona incluso se les permite ya pasar por las dependencias municipales a recoger las pertenencias que les fueron requisadas en la limpieza del viernes. Es decir, ya pueden ir al vertedero del Sot del Midgia, en Montjuic, a tratar de encontrar sus enseres entre una montaña de basura. Deberán aportar, eso sí, una factura que justifique que son los propietarios. Si en Valencia fueran igual de tiquismiquis, Camps iría desnudo por el mundo.

Red Kite, mayo 2011.

.  .  .  .  .  .  .  .  .  .

<< ENTRADA ANTERIOR                                                  ENTRADA SIGUIENTE >>
Gracias, señor Puig                                                                      Y Mariano Rajó

1 comentario:

  1. Eres una joya.

    Estimado Red Kite, nos gustaría incluirte como Autor en iniciativa, si nos das tu consentimiento (y un correo dado de alta en wordpress, claro).

    Un saludo.

    ResponderEliminar